domingo, 10 de marzo de 2013

Pequeña niña

Y aquí está otra vez, esta pequeña niña, preguntándose el por qué de tantas cosas.
Le gustan las cosas lo más claras posibles, por esa mente algo cerrada que no le permite pillar las cosas tan rápido, piensa que es más fácil para todos que se hable claro: ella habla claro. Pero no entiende por qué para algunas cosas le cuesta tantísimo.
Siempre que tiene tiempo suele pensar las cosas antes de decirlas, incluso se monta sus propias conversaciones en la cabeza para que todo salga bien. Pero cuando llega la hora de la verdad, la hora de plantar cara, todo se vuelve atrás, nada de lo pensado puede salir de su boca, es imposible, como si algo no se lo permitiera. Quizás la vergüenza de decir algunas cosas o el miedo a la madurez. 
Sí, creo que la mayoría de las veces es eso.
Prefiere seguir siendo niña, comportándose como tal, aunque ya la edad no se lo permita.
Puede que sea miedo a hacerse mayor...