martes, 18 de octubre de 2011

él.

No sé como empezar esto, ni si quiera sé si lo leerás, pero me encantaría decirte la clase de persona que son los amigos, que aunque los creas los mejores, no vale la pena ni que los miren. Por envidia, celos o rabia, por mala persona es capaz de ponerte entre la espada y la pared. Él o yo. Eso no lo hace un amigo. Un amigo puede aconsejarte, pero no puede hacerte elegir entre dos personas "importantes" en tu vida. Pero solo pregunto algo, ¿ has preguntado el por qué? ¿ Hay una explicación razonable para hacerte elegir de esa manera? Algo muy grande debería ser para que hiciera eso. Las cosas se piensan bien, y se hablan, sí, se hablan. 
Y vosotras, que pensáis que es un capricho, y sí, nunca lo he negado, todo fue un físico, atracción sexual, pero se fue convirtiendo en algo más. No puedo decir que es exactamente, porque no lo sé, obsesión tal vez, acostumbrarme a él, me hizo más débil, tanto que no podía estar sin él. Él es la causa de un despertar cada mañana con una sonrisa, saber que me lo puedo encontrar camino al instituto o a casa es lo que me maquilla de felicidad. 
No sé cuando empecé a sentir, cuando se fue haciendo más grande algo que empezó como un juego, un simple entretenimiento, cuando nació ese sentimiento, pero lo que si sé es que está aquí, conmigo, y no puedo sacarlo de mi mente y tampoco me gustaría hacerlo, quizá es lo mejor, según la gente, pero ¿ lo mejor para quién ? Se que puedo hacerlo, puedo olvidarlo, todo el mundo consigue olvidar a una persona importante si se lo propone, pero creo que ahí está el problema. No me lo he propuesto, ni quiero proponermelo, porque esa no soy yo, porque eso seria rendirse y caer ante el enemigo que solo quiere lo peor para los dos. No me rendiré así de fácil, podría decir que has ganado la batalla pero no la guerra, aunque pensándolo mejor, no, ni si quiera has ganado esta batalla, esta batalla solo acaba de empezar, porque no sabe con qué clase de fuego está jugando. 




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